La protesta se inició a las cuatro de la tarde en la glorieta de “Pancho” Villa, en la intersección de División del Norte y Universidad. Desde allí, se produjeron actos vandálicos: destrozos en la cerámica, pintura en el monumento, el agua de la fuente fue pintada y la glorieta fue grafitada.

A medida que avanzaba la manifestación, un grupo encapuchado lideraba ataques a negocios y estaciones de transporte público, causando destrozos.

Grafitis y ventanas rotas se extendieron por toda la Universidad hasta llegar a la Plaza del Ángel.

En este punto, las manifestantes se dividieron: un grupo protestó pacíficamente en la Plaza Mayor, realizando actividades como danzas y compartiendo experiencias de abuso. Otro grupo golpeó la muralla del Palacio de Gobierno, mientras que otro se dirigió a la Plaza de Armas y atacó el Palacio Municipal.

A pesar de la protección de la barrera metálica alrededor del Palacio de Gobierno, los edificios cercanos sufrieron daños. Las manifestantes intentaron derribar la barrera, arrancando bancos, rejillas metálicas, semáforos peatonales, botes de basura, cadenas e incluso las letras de “Chihuahua” de una plaza cercana. A pesar de prenderle fuego, fueron repelidas con extinguidores.

Cerca de las 9 de la noche, la presencia de la Policía del Estado finalmente disolvió a los últimos manifestantes, dejando considerables daños materiales en el centro de la ciudad.

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