México, Estados Unidos y Canadá han sido testigos privilegiados del eclipse solar, que se ha observado en su totalidad o casi en algunas regiones. En México, las localidades más favorecidas han sido Mazatlán, en el estado de Sinaloa, y Torreón y Piedras Negras, en Coahuila. La última vez que un fenómeno astronómico de este tipo pudo ser visible en el cielo mexicano fue el 11 de julio de 1991, y el próximo ocurrirá en 28 años, es decir, en 2052.

Este evento, que ha provocado más de cuatro minutos de repentina oscuridad en el norte de México, ha sido visible en una franja de unos 200 kilómetros de ancho. Esta franja comenzó su recorrido en el Pacífico mexicano, atravesó el centro de los Estados Unidos y finalizó en el Atlántico, después de cruzar el este de Canadá. En Mazatlán, Sinaloa, fue el primer punto en tierra firme donde se proyectó la sombra del eclipse, alcanzando una fase total de 4 minutos y 20 segundos. En Torreón, Coahuila, la Luna bloqueó la luz solar durante 4 minutos y 10 segundos. En el resto del país, el eclipse solar fue visible de forma parcial, con la Luna cubriendo entre el 99% y el 42% del disco solar.

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