Cuando Brad Pitt aceptó protagonizar la nueva película sobre la Fórmula 1, no se conformó con actuar como piloto… decidió convertirse en uno. Durante dos años enteros, entrenó con autos reales, recorrió miles de kilómetros en pistas profesionales y vivió en carne propia lo que significa acelerar a más de 280 km/h.
Lo más impactante es que no fue solo una estrategia publicitaria. Pitt se metió tan en serio en el papel que entrenó con verdaderos ingenieros de F1, practicó en simuladores profesionales, y en plena grabación compartió pista con los grandes: Verstappen, Leclerc, Hamilton. Sí, Brad Pitt literalmente corrió en el mismo asfalto que los campeones del mundo, mientras las cámaras captaban todo sin efectos especiales.
La película, dirigida por Joseph Kosinski (el mismo de Top Gun: Maverick), se rodó durante fines de semana reales de Fórmula 1, con público, ruido, y adrenalina al máximo. Incluso su compañero de reparto, Damson Idris, confesó que durante una escena se puso tan nervioso que terminó escupiéndole sin querer a Pitt… y él, como si nada, siguió actuando con una calma total.
Lo que veremos en pantalla no es una simulación: es un actor de 60 años enfrentando miedos, velocidad y la presión de un deporte implacable. Todo por contar una historia con la misma pasión con la que se vive cada carrera.