David Vásquez Soto
El motor del viejo autobús ronroneaba por esos caminos de terracería que recorría habitualmente pasando por los pueblos de la región, no era cualquier autobús, era un autobús que había aparecido en una película de las escasas producciones cinematográficas que se habían desarrollado en Canatlán, en ese tiempo un lugar alejado de todo.
Las lluvias veraniegas habían sido generosas, y el vado de San José se vio rebasado por las mansas aguas del arroyo La Sauceda, que impulsadas por la fuerza de gravedad rodaban cuesta abajo con destino a la Presa Peña del Águila, en las goteras de la Ciudad de Durango.
El chofer, sin mostrar signos de preocupación, con cierta tranquilidad buscaba alternativas para rehacer el camino y llevar a los pasajeros a su destino, la capital manzanera, la de los peroneros, la del Águila Azteca, la que les dijeron que su nombre significa Nido de tierra junto al agua, la que vio pasar por esas calles empedradas a Pancho Villa en compañía de sus primos los Franco, cuando todavía era Doroteo Arango, y aún no conocía a Ignacio Parra, el bandolero de la cañada que lo guiaría por los intricados caminos de la Sierra Madre Occidental, la de Heraclio Bernal, la que separaba a los canatlecos del mar.
-¿Es cierto que atrás de ese cerro está Mazatlán?, preguntaban algunos niños en los poblados del valle, mientras recogían manzanas bajo los verdes árboles en los huertos bañados del sol de verano.
Los mosquitos fustigaban la piel de aquellos chamacos que no daban importancia a las dolorosas picaduras ni a los insistentes zumbidos en los oídos, mientras continuaban con su labor de buscar y recoger manzanas entre el crecido y húmedo pasto bajo los frondosos árboles, que en esa época ofrendaban el fruto rojo y jugoso que tenía la fama de ser la tentación de Adán el primer hombre, ni más ni menos que el fruto prohibido.
En la Nueva Vizcaya iniciaba el gobierno de Armando del Castillo Franco, nacido en Canatlán, en los años 20, hacía tantos años que ya pocos se acordaban, mientras en el municipio, desde la antigua presidencia ubicada en la esquina de Hidalgo y Juárez empezaba el gobierno de Abelardo Delgado Canaan.
-Continuará-
David Vásquez Soto
Colaborador de ID Noticias. Originario de Nicolás Bravo, Canatlán, Durango. Ingeniero Agrónomo por la Universidad Autónoma de Chapingo. Maestro y Doctor en Ciencias Agrícolas por el Programa Hidrociencias del Colegio de Postgraduados. Ha publicado los libros “Chapingo de mis Amores”, “Recuerdos de Canatlán” y “Nicolás Bravo de mis Amores”. También es bohemio de afición e integrante del grupo musical Los Andariegos Laguneros y se le puede ver deambulando en el desolado oriente de Torreón.