Por H.C. Esquivel
La Reunión
“Cualquier decepción surge de expectativas excesivas”
Vladimir Putin
Fuera de los resultados explosivos o anuncios “bombásticos”, el principal resultado de la reunión entre los mandatarios de Estados Unidos y la Federación Rusa fue un acercamiento a la paz, dicho en un plano general, porque el diálogo amistoso de los mandatarios de las dos principales potencias nucleares del planeta trae en sí, una distensión del conflicto planetario, el cual podría traer como consecuencia posterior, la paz en la guerra de Ucrania.
Bajo la óptica de lo didáctico del encuentro, fue una clase de “realpolitik”; para Trump tener en frente al mandatario de la potencia nuclear que apenas días atrás catalogó como “una amenaza para la seguridad estadounidense”, sobre la cual ordenó una semana atrás el despliegue de dos submarinos con misiles nucleares, y a la cual amenazó con duras sanciones económicas, tanto para ella, como para los países aliados, China, India y Brasil.
Por el lado de Putin, se reunió con el presidente del país que en la época de la Guerra Fría era enemigo, y que tras la caída de la Unión Soviética inició un asedio con la OTAN hacia las fronteras occidentales de Rusia, el país que provocó el golpe de estado en Ucrania en 2014, el que instaló bases de la CIA en todo el territorio, en especial cerca de sus fronteras, el presidente del país que financia la mayor parte de las armas que matan a sus soldados en el frente.
El pesimismo de los medios estadounidenses y europeos luego de la reunión fue un indicador, pero el mismo Trump lo dijo en esa rueda de prensa de menos de 12 minutos, luego de una reunión de tres horas donde participó con él el Secretario de Estado, Marco Rubio; y el Jefe del Pentágono, Pete Hegseth; y su enviado personal a Rusia, Steve Witkof; mientras que a Putin lo acompañó el Secretario del Exterior, Sergei Lavrov, y su asistente en temas internacionales, Yuri Ushakov.
En la rueda de prensa conjunta en Anchorage, Alaska, Trump no habló sobre dijo un alto al fuego en el conflicto en Ucrania, sino maneras de buscar la paz, para lo cual debería primero dialogar con el Presidente ucraniano, (cuyo mandato terminó en mayo de 2024), Volodimir Zelenski, con los mandatarios de países europeos y los mandos de la OTAN.
En los días previos, un Trump influenciado por los guerreristas de Washington y los mandatarios europeos solo tenía el mismo mensaje de aquellos, “alto al fuego”, pero un alto al fuego es muy diferente de la paz, porque mientras el ejército ucraniano pierde en el campo de batalla, los europeos aún insisten en que la única salida del conflicto es la derrota de Rusia. Un alto al fuego es oportunidad para rearmarse, reconstituir al ejército e introducir en Ucrania “cuerpos de paz”, que no son otra cosa que militares de la OTAN, la principal línea roja.
Para Rusia la solución es la misma hoy, que desde antes de la guerra, desde el primer día de la guerra y durante las conversaciones de Estambul, en abril de 2022, ¡sí, a dos meses de iniciada la guerra!, cuando acordaron con escrito con los negociadores de Zelenski el fin del conflicto si Ucrania renunciaba a adherirse a la OTAN.
En aquel momento fueron los estadounidenses y los británicos, en la persona del Primer Ministro, Boris Johnson, quienes boicotearon el acuerdo, se comprometieron a toda la ayuda militar a cambio de continuar la guerra. En realidad esperaban una derrota de Rusia, una debacle económica basada en las miles de sanciones económicas que llevarían a un cambio de régimen, uno pro occidental.
Pues no ocurrió, sino todo lo contrario de las expectativas “otanistas” y ahora, con una Ucrania y una OTAN derrotadas en el frente de batalla, durante la reunión con Trump, Putin le explicó que no quiere tener en las fronteras de Rusia, a menos de cinco minutos de vuelo de Moscú, los misiles de OTAN, que por ello inició la guerra que ahora va ganando y que, si bien en 2022 no tenía exigencias territoriales, ahora las repúblicas de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, de donde han expulsado al ejército rival por vía militar, y han conquistado en referéndums donde la mayoría de la población eligió ser rusos, forman ya parte de la Federación Rusa y no están sujetas a negociaciones.
Putin llegó con una ofrenda de paz: integrantes de su gabinete económico, el representante del Fondo de Inversiones Rusas en Estados Unidos y empresarios rusos, quienes se reunieron con sus contrapartes estadounidenses. El elegir la reunión en Alaska fue un mensaje en sí, el Ártico tiene grandes riquezas inexplotadas, como gas y petróleo, la ruta marítima ártica, además de minerales preciosos, no solo oro, sino las valiosas tierras raras.
“Hagamos negocios, no la guerra”.
Escribo esta columna en la víspera de la reunión de Trump con Zelenski, donde le informaría sobre los resultados de la reunión, pero también mientras los mandatarios europeos de Finlandia, Italia, Alemania, Francia, el jefe de la OTAN, Mark Rutte y la Presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, vuelan también con la intención de respaldar a Zelenski y tratar de “regresar” a Trump al redil modo “alto al fuego”.
Pero, cuando Trump habló de una segunda reunión con el jefe Ruso, éste le respondió en inglés, “que sea en Moscú”.
Las negociaciones de una posible paz en Ucrania podrían avanzar en la siguiente reunión, lo mismo que la exploración de negocios conjuntos. De entrada, Estados Unidos habló de la posibilidad de rentar rompehielos rusos. Bueno, de entrada esta reunión sirvió para romper el hielo.